Carlos Azar Manzur
La pausa
Los teatros tienen la costumbre
de dejar una luz prendida,
una luz de trabajo,
cuando acaba la función
y no queda más nadie.
Ningún pueblo que vea Hamlet
puede perder la Guerra.
Porque hay que regresar al otro día,
porque la casa necesita
esa seguridad de vela adormecida,
porque hay que volver.
Ahora, ese relámpago de cera
se ha extendido
esto es cosa que ocurre en días
y dura años,
con la insistencia de un poema,
y llega tarde.
Ahora es luz opaca
mano que se posa en la pausa,
esta mañana vi una linda calle
cuyo nombre olvidé,
mas pausa al fin,
con las puertas abiertas.