Por Zyanya Mariana
Tránsito devoto I
Es cierto, Nezahualcóyotl
no tenemos raíces en la tierra
Sólo un instante
breve
devoto
para cumplir el destino secreto de la materia
Florecer para morir
Como el jade que se quiebra
Como el oro que se rompe
Como el plomo que intoxica
Como la pluma de quetzal que se desgarra
Como el acero que se tuerce
Como mi bultito sagrado que hoy se transforma
Los hilos de mi existencia
se reacomodan
se enredan, se enlazan y se deslizan
a veces se reanudan o se desenredan
Como el telar se rompen, como la trama se reacoplan
Éste es mi cuerpo
Sólo un instante
breve y devoto
Con cantos se dibuja la noche
con trabajos los días
como sombra y luz que se embrolla y se anuda
las noches y el día
El tiempo los va borrando
Somos piedras dispersas de una ciudad que fue
ruinas de una urbe anterior borrada artificialmente
Los hilos tienen sabor metálico
Los colores también
Somos la pintura de un jardín bíblico
sobre un Tlalocan en un valle sagrado
Ambos se irán desfigurando
Como lenguas
iremos desapareciendo de una en uno, los seres
Mudos, nos conformaremos con el cielo y las estrellas
En la ciudad sin nombre
palimpsesto mineral y orgánico
no hay estrellas, tampoco noche
El enigma, por fin lo entiende mi corazón
Que no hay sabios ni desvaríos
Que vi naves de ataque incendiadas
y rayos cósmicos brillar en el umbral
que no supe si eran mías las memorias perdidas en la lluvia
o artificio de seres guardados en otro tiempo que no es el mío
Quien añade ciencia añade dolor
dice el libro de los que creen en un solo dios
Y aquí estoy
sin raíces en la tierra
un breve y devoto instante
La muerte durmiente
Dicen que leyó a Kawabata
pero entró en la casa de las bellas durmientes
y supo
por la letra impresa
que el cuerpo decrépito
y
tránsito
que bellísimas jóvenes dormidas
inmóviles
que casi muertas
sólo los ojos las pueden tocar
y por la letra impresa
supo
que llegaría la muerte
Con dinero
labró un pulido espejo
y
le insufló vida
era mujer
que obediente probó la sombra de la ciencia
formas quirúrgicas aquí
incisiones estéticas allá
tetas aquí
bótox allá
que nadie reconozca lo que fue ayer
ni el golem que es hoy
Se miró en su creación
era más que las partes
se aferró a la imagen
detendría el tiempo
y él quiso ser casto y puro
y concebir por el espíritu santo
se cambió por el fruto sombrío que otorga lo acumulado
a ver si así
engañaba la muerte
Exilios de la carne II
En el principio
una mujer
y
un hombre
y
bailaron
y se convirtieron en aliento
y
tuvieron miedo
En el silencio ceñido a los cuerpos
se rechazaron
se metamorfosearon
y
nacieron como ojos de agua que devinieron lagos
Se encontraron
Se reencontraron
y
la tierra los sostuvo
Se enlazaron
Se reenlazaron
y las aguas
se confundieron
se fundieron
parecían uno
hasta que llegó el exilio
* Los poemas seleccionados fueron extraidos de tránsitos (2020)

Zyanya Mariana (México) Poeta y escritora. Ha publicado De las cosas que vienen de la nada y otras inmediateces (2004 Elefantes, Nicaragua, 2010), traducido al inglés; Linajes y Anarquías (Elefanta Editorial, México, 2013) Tránsitos (Lunaria Ediciones, 2020); así como en diversas antologías de poesía femenina. En 2013, fue mención del premio Dolores Castro por su trabajo narrativo Cuentos y bollitos para una niña (Elefanta Editorial, 2016). Maestra en Historia por la UNAM y doctora en Letras Modernas por la universidad Iberoamericana. Curadora de arte y crítica de cine; su tema de investigación y sus escritos se centran en los "sistemas de representación" que vinculan el lenguaje, el erotismo, el arte, la violencia y la sacralidad. Suele dividir su vida entre la academia, la escritura y la maternidad.
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